El vino Peruano exhibe nueva ficha de cata
Tomado del Diario Correo (publicado el 27 de junio de 2021)
“Los productores de vino han entendido que lo artesanal no excluye la tecnología, todo lo contrario”, comenta Vanessa Rolfini
¿Qué está pasando con el vino seco peruano? ¿Será cierto que está ganando premios en el extranjero, pero que es un gran desconocido de la gastronomía local? Aquí van las respuestas: Sí, está creciendo el número de bodegas que se animan a hacer vinos de calidad con variedades autóctonas, que ya nos valen premios en el extranjero.
Lamentablemente, aún tenemos la percepción que son vinos de calidad inferior, que no pueden competir con los que llegan de fuera.
Paulatinamente, los productores de vino han entendido que lo artesanal no excluye la tecnología, todo lo contrario. Un factor común entre las bodegas que han mejorado la calidad es que cuentan con asesoría de enólogos, agrónomos y sommeliers, además han adquirido los equipos necesarios. Resulta muy romántica la idea de pisar uvas, pero es una práctica casi extinta o para turistas, en realidad todo el proceso pasa por estrictos controles, donde poco se deja al azar.
También se ha entendido el valor de las uvas patrimoniales, esos nombres que a los peruanos le son afines porque los han visto impresos en etiquetas de pisco como Quebranta, Albilla, Negra Criolla o Torontel, ahora están en las de vino, lo cual es reciente dentro de Perú y ni qué decir fuera. Lo que constituye una ventaja enorme, porque ofrecen el factor de la novedad en un mercado donde parece que casi todo está dicho.
A esto se suman las uvas más conocidas como Malbec, Chardonnay, Cabernet Sauvignon o Merlot, que se han adaptado estupendamente al terruño, y hablan con ese dejo peruano que las diferencias de otros orígenes.
La vitrina está servida. Se trata de un sector relativamente pequeño, donde la mayoría de las bodegas no tienen capacidad para entrar en los canales de retail, sin embargo, ya muestran variedad y calidad constante. Por ejemplo, el V Salón del Vino Peruano organizado por Peruvino que se llevará a cabo del 12 al 17 de julio, contará con 175 etiquetas y concursos por regiones, donde participarán profesionales y aficionados.
Algunos reconocimientos internacionales comienzan a suceder como, el logrado en el Concurso Virtus llevado a cabo en Lisboa, donde la etiqueta Anclajes elaborada con uva Albilla en la iqueña Finca 314 subió al pódium de las preseas doradas y la marca Alvarado Reyes, de Viña Los Reyes de Lunahuaná, obtuvo medalla de plata.
Para verte mejor. Otro factor es la inclusión de etiquetas con claros criterios de marketing donde diseños atractivos e historias poderosas, captan la atención de los amantes del vino. Por ejemplo, el iqueño Why not? que exhibe obras de nuevos artistas locales, la línea Raíces Negras de Viña D´ Los Campos de Cañete en honor a las mujeres negras peruanas, la tacneña Marqués el Cariñoso y Apu Winery ubicada en la región de Apurímac cuyos viñedos se ubican a 2.850 y 3000 m.s.n.m.
En resumen, queda mucho que contar, mostrar y probar. Al compromiso de los productores, sommeliers y comunicadores especializados, tiene que sumarse el público en general, brindándoles la oportunidad y disfrutándolos sin comparaciones. La gastronomía le ha valido todos los halagos al Perú, sus vinos no pueden, ni deben quedar rezagados.